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Categoría: Artículos
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Gisela Juliano. S. M. de Tucumán (Argentina)

PASAJE URANIANO DE ARIES A TAURO: DESDE LA VOLATILIDAD FINANCIERA HACIA LA ESTABILIDAD DE UNA ECONOMÍA REAL. Gisela Juliano

"What you see might not be real". Obra del artista chino Chen Wenling

Según Richard Tarnas lo arquetípico es una campana de Gauss de probabilidades donde los movimientos planetarios y los hechos acontecidos a la luz de estos tránsitos convergen alrededor de un centro. Puntualmente me gustaría referirme a la entrada de Urano en Tauro, a la luz de acontecimientos que se han manifestado en Argentina en materia económica y financiera. Me referiré a la crisis desatada en aquel “jueves negro” de mayo que le costó al Banco Central más de 5.000 millones de dólares y tasas de interés que llegaron al 40%. Esta estampida se explica parcialmente por el fortalecimiento mundial del dólar, que provocó la devaluación de varias monedas en países emergentes. Sin embargo, ninguna moneda se devaluó tanto como la argentina y ningún país debió hacer tanto esfuerzo para estabilizar su mercado cambiario. Actualmente Argentina se encuentra negociando con el Fondo Monetario Internacional una asistencia financiera.

Contextos mundiales significativos

El 24 de octubre de 1929 también fue un “jueves negro” en Wall Street, el hilo rojo que liga los eventos similares es de una asombrosa coincidencia. El pánico comenzó a sacudirse con la caída de la bolsa de valores, que trajo posteriormente un colapso mundial. Una de las consecuencias que nos dejó la crisis de 1929 fue el profundo impacto que los volátiles mercados financieros provocaron en la economía real, dejando al mundo en quebranto. Los felices años 20 que antecedieron a esta crisis encuentra a Estados Unidos en una gran expansión. Los instrumentos financieros en las bolsas de comercio comienzan a experimentar una gran profundidad “compre ahora, pague después” Cualquier individuo podía endeudarse en el mercado de valores y elevar ficticiamente su nivel de consumo, los precios de los activos fueron alejándose de su valor real y es así como estas ficciones forman burbujas financieras.

A los mercados financieros, en un nivel los mueven los fundamentos: economías sólidas tendrán un mejor y mayor financiamiento. Sin embargo a los mercados financieros los mueven profundamente los ánimos, la especulación, las expectativas que los operadores tienen sobre el futuro. “Lo que nos mete en problemas no es lo que desconocemos, sino lo que creemos con profundo convencimiento y en realidad no es cierto” dice Mark Twain, todo aquello que desconocemos se transforma en especulación y luego en certeza. La economía real, en cambio, se mueve con fundamentos productivos: oportunidades tangibles de inversión que expandirán la producción y el consumo. La velocidad y los riesgos de la primera son elevados, contrariamente a lo que ocurre en el segundo escenario.

Las décadas posteriores a la crisis de 1929 - década del 30 y del 40 - son tiempos de Urano transitando por Aries en transición hacia Tauro. Pasamos de un predominio de mercados financieros hiperactivos que elevaron el endeudamiento y apalancaron consumo, a un enfriamiento que rompió burbujas y sinceró, dejando profundos desequilibrios en la económica real: quebranto y desempleo. Arribamos a un tiempo donde tuvimos que levantarnos de la “Gran Depresión”. La respuesta más contundente a esta crisis la formula posteriormente John Maynard Keynes: “Cuando el desarrollo del capital de un país se convierte en un subproducto de las actividades de un casino es probable que hayamos hecho las cosas mal”, post devastación había que aterrizar insoslayablemente en los cimientos productivos en un mundo sin financiamiento. La transición de Urano desde Aries hacia Tauro, nos llevó desde lo financiero/especulativo hacia lo real/productivo.

Por su parte, los efectos en Alemania fueron nefastos. Hacia 1932 la tasa de desempleo era casi del 43,8%, esta crisis es clave para entender el liderazgo hitleriano. La política económica de Hitler fue impactante, logró en los 7 años previos a la 2da Guerra Mundial elevar el producto nacional en un 50%, el país pasó en tiempo record de la depresión a la prosperidad de la mano de este paradójico líder taurino con sol en grado 0°. La transición de Urano de Aries a Tauro no sólo es coincidente con este período de impresionante despliegue alemán, sino también con el tránsito que recibió Hitler sobre su mapa natal. La clave de la política nazi fue un impresionante programa de infraestructura capaz de absorber la masa de desempleados y poner en marcha la maquinaria real de la economía. Cinco años después de llegar al poder, Alemania pasó de la depresión a convertirse en una potencia industrial. Esta era una política económica y social profundamente innovadora para la época, que cabe destacar, fue previa a Keynes.

Mientras tanto, en Argentina

Durante “la década infame” (1930-1943) experimentamos un proceso de fuerte industrialización, pasamos de un modelo agroexportador a uno que sustituía importaciones: el mundo se cerraba, ya no podíamos proveernos de bienes extranjeros, había que producirlos domésticamente. Una vez más, mientras Urano transitaba por Aries y luego pasaba a Tauro, no fuimos ajenos a esta mutación hacia lo real. El progreso tecnológico sustituyó a los productos primarios por productos manufacturados incrementando el producto y absorbiendo el desempleo.

Nicolás Copérnico y posteriormente Adam Smith, abordaron “la paradoja del valor”, preguntándose cómo era posible que el agua siendo esencial para sobrevivir y mucho más útil que los diamantes, sea más barata que estos últimos. Los clásicos respondieron a esta pregunta aduciendo que el valor de algo se explica no sólo por su utilidad sino por su escasez. Aquello de que se valora algo una vez que dejamos de poseerlo, tiene un sentido profundamente económico: lo escaso tiene más valor pecuniario que lo abundante. Si miramos a Tauro podemos alumbrar esta paradoja: La Luna ("el agua") se exalta en Tauro, sin embargo es Venus la energía regente de este signo ("los diamantes"). De una vereda está nuestro mundo de necesidades lunares, lo que necesitamos para sobrevivir y consumimos. Del otro lado, nuestra venusina capacidad de dar forma, producir y generar. Cuando ambas expresiones se encuentran somos capaces de autoabastecer las necesidades lunares de consumo y absorción. Cuando estas expresiones se desencuentran el consumo absorbe y no genera (gasta), se endeuda, la parte lunar o volátil de nuestro ánimo encuentra a los riesgos inherentes de los mercados financieros que facilitan financiamiento para apalancar consumo. Los antecedentes explorados nos muestran que la entrada de Urano en Tauro ha enfriado el aspecto volátil del endeudamiento y el consumo, ha hecho consciente la parte de la producción y la generación, incluso acercándonos una sombra posible de los procesos capitalistas: la sobreacumulación de capital como negación de la muerte.

El pasado “jueves negro” en Argentina, una subida de tasas por parte de EEUU hizo que importantes fondos financieros deshicieran sus posiciones y se marcharan dejando a nuestro mercado cambiario en dificultades. Una vez más el negocio de quien vende dólares baratos, compra títulos con rendimientos altos y con su producido recompra dólares nos ha dejado en serios problemas. Dejó en evidencia la falta de un plan económico consistente, la falta de credibilidad y los problemas internos por la ausencia de liderazgos significativos. Se eleva así un escenario que resuena históricamente: nos quedamos sin financiamiento para sostener la única política económica que registra este gobierno: un lento e inagotable “gradualismo”. Todo indica que la entrada de Urano en Tauro va a pedir ideas innovadoras para lidiar con la economía real y un enfriamiento del gasto total.

La energía ya está enfriándose con una manifestación conocida: la limitación del financiamiento y los pendientes en la inversión y en la producción. ¿Alcanzará la actual conducción su anhelado "ideal desarrollista" de evolucionar la industria y la visión de largo plazo? ¿O se insistirá nuevamente con profundizar políticas financieras cortoplacistas? Nuestro actual presidente y posible candidato hacia las próximas elecciones del 2019 está transitando el segundo retorno de Saturno. Estos tiempos le exigen un segundo “acto de rebeldía”. Tomando el antiguo mito registrado por Hesíodo en su Teogonía, Cronos tomó la guadaña brindada por Gea y castró a su padre. El pasado marzo, el ministro de Producción de Mauricio Macri respondió con dureza las críticas formuladas por los empresarios de la Unión Industrial Argentina "hay que tener una agenda positiva y dejarse de llorar". El interrogante es si la guadaña saturnina podrá cortar de raíz la lealtad (real y simbólica) que liga a Macri con este sector lloroso que ha mostrado en los hechos escasa colaboración. ¿Podrá aliarse librianamente con sectores productivos que puedan apoyar una transición productiva y de progreso tecnológico? El mito nos dice que de esta castración nace Afrodita, las alianzas han de ser fundamentales sobre todo con aquellos sectores que puedan derramar en la sociedad conocimiento, tecnología e innovación. Es esto o volver al eterno rulo donde oscilamos alrededor de un centro en esta campana de Gauss que son los procesos sociales, políticos y económicos en Argentina.