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Categoría: Artículos
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Magia y Metafísica

 

Alejandro Martinez Gallardo. @alepholo

Pablo Ianiszewski: @cubicado

https://pijamasurf.com/2016/01/las-bases-filosoficas-de-las-astrologia-de-la-antiguedad/?fb_comment_id=860556590733576_1020822698040297#f2ed726ae47451c

Inauguramos aquí una serie de conversaciones que buscan recuperar el espíritu original de la astrología, partiendo de la vertiente tradicional de esta disciplina cuyos orígenes se pierden en la noche del tiempo, pero que encontramos delimitados con solvencia dentro de las tradiciones hermética, grecolatina, babilónica y védica, entre otras. Las astrología era entendida por los antiguos como una ciencia sagrada, completamente ligada al desarrollo místico-religioso del hombre y a su comprensión del misterio del cual es una imagen (un microcosmos).

En un cosmos vivo, donde todo es un signo y todo está regido por las leyes de la naturaleza, los astros también deben considerarse signos vivientes de una armonía preestablecida -las articulaciones de un único animal divino, un invaluable lenguaje para la comprensión del ser humano dentro del engranaje cósmico-. Dijo el filósofo neoplatónico Sinesio: "Sabio es el hombre que percibe los vínculos entre las diferentes partes del cosmos". La astrología, podemos decir, es la ciencia de descubrir los vínculos entre las diferentes partes del cosmos, específicamente en relación con el ser humano.

El astrólogo John Frawley escribe en su libro The Real Astrology: "La astrología ya no es inteligible, no porque se haya refutado finalmente, sino porque los cimientos filosóficos han cambiado. La sociedad moderna ya no entiende el cosmos de una forma dentro de la que la astrología hace sentido. Para el criterio del mundo moderno -y debe explicarse que es sólo dentro de este criterio- la astrología es realmente un sinsentido". Ese criterio del mundo moderno donde ya no cabe la voz de las astros es una realidad materialista, sin alma, donde la naturaleza es muda, una máquina inerte. A la vez, la astrología moderna en su gran mayoría ha perdido contacto con su tradición y tiende al pensamiento superficial del new age, sin conocimiento de las fuentes originales. Nuestra intención, en cambio, es recuperar los fundamentos filosóficos antiguos que sirven de contexto al andamiaje astrológico y a través de los cuales podremos no sólo comprender los principios básicos de esta ciencia sino también experimentar su riqueza como herramienta de predicción y como eje de reencantamiento poético-cósmico. Más allá de la astrología de los horóscopos y de los signos solares, más allá del materialismo y el atomismo moderno, sigue viva una tradición de contemplar las estrellas para encontrar nuestro destino y ver el espejo del alma en el cielo.

Los invitamos entonces a estas conversaciones, bajo la guía del astrólogo tradicional Pablo Ianiszewski, de quien seré interlocutor en esta aventura de fascinación cosmológica con un sabor añejo y místico.

Citas utilizadas en el diálogo:

Las estrellas son como letras que se inscriben a cada momento en el cielo. En el mundo todo está lleno de signos. Todos los acontecimientos están coordinados. Todas las cosas dependen de todas las demás. Tal como se ha dicho: todo respira junto. (Plotino)

El que sabe puede evitar numerosos sucesos de los astros, pues habiendo conocido su naturaleza podrá prepararse a sí mismo antes de que lleguen. (Claudio Ptolomeo)

Escuchad en vosotros mismos y mirad en el Infinito del Espacio y del Tiempo. Allí se oye el canto de los Astros, la voz de los Números, la armonía de las Esferas. Cada sol es un pensamiento de Dios y cada planeta un modo de este pensamiento. Para conocer el pensamiento divino, ¡oh, almas!, es para lo que bajáis y subís penosamente el camino de los siete planetas y de sus siete cielos. ¿Qué hacen los Astros? ¿Qué dicen los Números? ¿Qué ruedan las Esferas? ¡Oh, almas perdidas o salvadas!: ¡ellos dicen, ellos cantan, ellas ruedan, vuestros destinos! (Fragmentos de Hermes Trismegisto)

Feliz es aquel que habiendo aprendido la trama de su horóscopo conoce a su daemon (ángel guardián), llegando a liberarse del Destino. (Porfirio)

Quien obedece correctamente al Destino sabio es entre los hombres porque conoce las leyes del cielo. (Eurípides)

El tiempo es la imagen móvil de la eternidad fluyendo de acuerdo al Número. (Platón en el Timeo)