Alfonso Hijano
https://www.alfonsohijano.com/2014/08/las-divisiones-del-zodiaco-los.html
El Zodiaco se extiende a lo largo de un arco de 360º, que se fija sobre el fondo de la bóveda celeste, en el mismo van transitando los planetas de nuestro sistema solar y se asientan los principales ángulos de nuestra Carta Astrológica. Este círculo o arco zodiacal, tiene una vital representación para cada uno de nosotros, pues en alguna medida, escenifica nuestro particular Universo y las circunstancias señaladas por el mismo, teniendo un reflejo o coincidencia en los hechos terrenales con los que cada día nos enfrentamos. El mundo es tan grande o tan pequeño según lo observemos, y se conoce que la estructura del átomo es muy similar a la del Sistema Solar, un núcleo y unos electrones orbitando, del mismo modo que los planetas orbitan entorno al Sol, tal vez por ello, la cuestión de escalas es fundamental a la hora de valorar cualquier fractal o contexto Universal.
Algo parecido ocurre con el Zodiaco, donde todo está contenido en todo, de ahí las divisiones y subdivisiones que la tradición ha ido señalando. En primer lugar y la más conocida, es dividir este arco de 360º en doce partes, es decir, en los doce signos zodiacales conocidos desde hace miles de años, y aunque en los últimos años se ha querido ver una división más, trece signos, la observación diaria nos hace entender que siguen siendo doce los signos zodiacales.
La siguiente división en escala son los decanatos, donde cada signo zodiacal está fraccionado en tres partes y cada una de ellas regidas por un planeta. El decano o decanato es un arco de diez grados y habiendo un total de treinta y seis decanatos. Como ya decimos, en cada signo hay tres decanatos, que se denominan primero, segundo y tercero; la regencia de los mismos corre a cargo de los planetas de nuestro sistema, empezando por Marte, es decir, contando el primer signo del Zodiaco, Aries, su primer decanato estaría regido por Marte, el segundo por el Sol y el Tercero por Venus. El segundo signo Tauro, su primer decano estaría relacionado con Mercurio, el segundo con la Luna, y el tercero con Saturno, y así sucesivamente hasta acabar la serie con Júpiter y comenzarla de nuevo con Marte. Hay otro forma de observar los decanatos, y es empleando los planetas regentes de los signos de la misma Triplicidad, es decir, asociar cada arco de diez grados de cada signo de su misma Triplicidad, por ejemplo, Aries, el primer decanato correspondería a Aries primer signo de Fuego y por lo tanto a Marte, el segundo decanato, al siguiente signo de Fuego, Leo, y por ello al Sol, y el tercer decanato al restante signo de Fuego, Sagitario, correspondiendo a Júpiter, y así de forma sucesiva.
Pero la segmentación que más me atrae, son los Duodenarios, tal vez, por ser menos conocidos y por lo tanto, poco utilizados. Los Duodenarios encajan a la perfección dentro de este fractal del Universo, pues se trata de que en cada signo zodiacal esté contenido todo el Zodiaco, los Duodenarios, son divisiones de dos grados y medio, dentro del arco de los treinta grados de cada signo y empezando por el propio signo, es decir, tomando a Aries como ejemplo, su primer Duodenario, que como ya decimos corresponde a los 2º 30’ primeros, corresponde a Aries, de ahí hasta los 5º 00’, corresponden a Tauro, dos siguientes 2º 30’ y hasta los 7º 30’, a Géminis, y así hasta completar la serie de los doce signos. En el caso de Tauro, sus primeros 2º 30’, son del mismo signo, y el siguiente a Géminis, hasta completar la serie. Así observamos que cada signo zodiacal contiene todo el Zodiaco, siendo una división muy lógica y encaja dentro de la estructura del Universo. La interpretación de los Duodenarios, se deduce igualmente, pues cada planeta tendrá una mayor fuerza dentro de su propio Duodenario, como ejemplo tomaremos a Marte que dentro de los 2º 30’ de Aries, manifestará una mayor energía que contribuirá, junto a los aspectos, la orientación del planeta, el signo donde se aloja, el Decanato y el Duodenario, a determinar el estado cósmico planetario y a un análisis más justo de la posición, y por lo tanto, influencia del planeta.