José A. Alvarez Yraola - Primer Encuentro Abierto De Astrología Tradicional de la Escuela de Traductores Benidorm, 2002
...DEL LIBRO DE LOS JUICIOS DE LAS ESTRELLAS
Ben Ezra relaciona estas doce normas con su descripción del significado de las Casas tratando de rizar el rizo del sentido común: advirtiendo entre líneas sobre la particularidad de todo caso general a través del estado y ubicación de los planetas.
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Incide su Primera Norma en la localización del regente del término del grado en que recae ese año la dirección progresada del regente de la natividad. Añade las influencias que ese grado pudiera asumir en la natividad. Basa el juicio en la comparación del estado cósmico de ese planeta en la carta de la natividad y en la de la revolución solar de ese año: si en ambas están fuertes proporcionarán beneficios; si en la natividad estaba débil y en la revolución está fuerte, ese año pueden obtenerse beneficios de acuerdo a la naturaleza y posición de ese planeta; si en ambas estuvieran débiles se aumentarán las desgracias.
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La Segunda Norma recomienda el an& aacute;lisis de los regentes de la triplicidad del signo en que se halla el regente de la natividad. Siguiendo el orden de los regentes adjudica un tercio de la vida a cada uno. Tras lo que repite el análisis comparativo de ese regente con el de la natividad, como en la primera norma, y siempre incidiendo en el estado y ubicación de ambos regentes en ambos mapas.
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La Tercera Norma se refiere a una medida establecida por Ptolomeo que afirma el gobierno de la vida por la Luna los primeros cuatro años. Relaciona la salud corporal con el estado y ubicación de la Luna en la natividad y en la revolución. Los siguientes diez años serían gobernados por Mercurio, relacionando el carácter y norma con su estado. Venus los siguientes ocho años, relacionando su estado con el deseo lúdico. Luego utiliza al Sol para los siguientes diecinueve años y relaciona su fortaleza con el nivel social. Después Marte es el significador siete años y relacionado con la capacidad de esfuerzo para logros y expresión. Luego Júpiter doce años, relacionando la obediencia a Dios. Y por último Saturno hasta la muerte relacionado con la capacidad de aguante. Incide en la necesidad del estudio de ese planeta en la revolución anual los años que ejerce su gobierno.
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En la Cuarta Norma Ben Ezra nos trasmite de los persas la ubicación de las Fardarias, orden en que los planetas sirven al nativo. Varía ese orden según el nacimiento haya sido nocturno o diurno. Cada planeta gobierna un determinado periodo del que en sólo siete décimas partes lo hace en solitario frente a otras tres en que otros planetas se mezclan en ese servicio. El Sol gobierna diez años, Venus ocho, Mercurio trece, la Luna nueve, Saturno once, Júpiter doce, Marte siete y los nodos lunares dos cada uno. En los nacimientos diurnos en ese orden y en los nocturnos primero la Luna luego Saturno, Júpiter, Marte, el nodo norte, e1 nodo sur, el Sol, Venus y Mercurio; cada uno el mismo número de años y condición. Especifica también algún tipo de mezcla en el gobierno de los planetas a modo de ejemplo y dos conclusiones en las que insiste en el estado y ubicación de los planetas tanto en la natividad como en la revolución en el tiempo en que gobierna y en la necesidad de establecer el sentido común en todo juicio.
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En la Quinta Norma Ben Ezra nos recomienda analizar el signo del año del ascendente. Este se obtiene adjudicando treinta grados a partir del ascendente a cada año en la natividad, de modo que el decimotercer año vuelve a coincidir con el primero y así sucesivamente. Basa el juicio en el estado y ubicación, de los planetas que hubiera en ese espacio de la natividad. En la revolución anual ese mismo espacio del zodiaco informará de las novedades que en ese tiempo se le presentarán al nativo según el estado y ubicación de los planetas aquí existentes y del estado y ubicación del regente del citado signo del año.
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La Sexta Norma aplica la misma técnica en localizar el signo del año del lugar de la vida, el Hileg. Es decir, desde ese punto treinta grados de avance por año. El análisis para el juicio es igual que en la norma anterior.
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En la Séptima Norma el estudio se refiere al planeta regente de las horas de la natividad, correspondiendo el primero con el primer año y sucesivamente repitiendo cada siete años. Una vez localizado el planeta que gobierna el año objeto del estudio, ha de analizarse su estado y ubicación en la revolución anual para emitir el juicio.
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La Octava Norma nos conduce a un orden de gobierno planetario que a partir del regente del ascendente de la natividad, que lo hace el primer año, sigue con el planeta que está por debajo de él en su esfera, que gobierna el segundo año, el siguiente después de este el tercero y sucesivamente hasta los siete planetas. A partir del octavo año vuelven a repetirse con la misma cadencia. El análisis del estado y ubicación de ese gobernador en la revolución anual aporta los datos para emitir el juicio.
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En la Novena Norma localiza el gobernador del año adjudicándolo al regente de las cúspides de las casas sucesivamente. El primer año lo será el regente de la primera casa, el segundo el de la segunda y así hasta el decimotercero que vuelve a iniciar la secuencia como el vigesimoquinto y sucesivos. El análisis del estado y ubicación de ese planeta en la natividad, en la revolución anual y en su comparación compondrán los elementos del juicio.
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La Décima Norma consiste en el análisis individualizado de la revolución anual: estado y ubicación del regente del grado del ascendente, su relación con los demás planetas y la posición y estado de éstos.
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La Undécima Norma habla de la posibilidad de encontrar en una revolución anual algún planeta, excluido el Sol, en la misma ubicación que en la natividad. Cuando esto ocurra indicará alguna novedad para el nativo en línea con el significado y estado de dicho planeta.
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La Duodécima Norma, similar a la anterior, se refiere al caso en que la posición de algún planeta de la revolución coincida con otro de la natividad. Su combinación indicará el tipo de efecto que sobrevendrá al nativo. De modo que si un planeta benéfico coincidiera con uno maléfico de la natividad, su maldad quedará mermada ese año. O su beneficio mermado si la coincidencia fuera de un maléfico en la revolución sobre un benéfico de la natividad. Lógicamente aumentando el beneficio si ambos así lo fueran o la maldad si los dos fueran infortunas.
Concluye Ben Ezra con una explicación del método de obtención de la revolución anual y su fuerte vinculación con las revoluciones mensual y diaria. Como en todo el estudio de revoluciones, el contraste interpretativo es la carta de la natividad; sobre la que las revoluciones van activando y frenando las diferentes facetas y posibilidades propuestas. En palabras del autor: añaden o disminuyen las significaciones de los planetas radicales.
Todo ello para gloria de Dios y encomendándose a su benevolencia.
Bibliografia:
Llibre deIs Juhins de les Estrelles, Abraham Ben Ezra. Ediciones Biblioteca de Sirventa 200I
