Es interesante saber cómo la astrología era percibida por un hombre inteligente y de mucho poder como el Emperador Adriano de Roma.
Ana González. San Pablo (Brasil)
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En el libro Memorias de Adriano, de Marguerite Yourcenar, Adriano habla de su contacto con la astrología. Vale la pena observar cómo era encarada en aquella época.
El dice: "Aquí conviene mencionar un hábito que me atrajo durante toda mi vida a caminos menos secretos que los de Elêusis, pero que acabaron por ser paralelos: quiero hablar del estudio de los astros. Fui siempre amigo de los astrónomos y cliente de los astrólogos. La ciencia de estos últimos es incierta, falsa en los detalles, tal vez verdadera en el todo: ya que el hombre, parcela del universo, está comandado por las mismas leyes que presiden el cielo, no es absurdo procurar allá en lo alto los temas de nuestras vidas y las frías simpatías que participan de nuestros éxitos y de nuestros errores. Jamás dejé, en cada noche de otoño, de saludar, al sur de Acuario, el Escanciador celeste, el Dispensador bajo cuyo signo nací. No me olvidaba de marcar cada uno de los pasajes de Júpiter y Venus, que presiden mi vida, ni de ponderar la influencia del peligroso Saturno."
Vamos al análisis de algunas partes del texto:
1) La astrología era menos secreta que los misterios de Eleusis y por eso, posiblemente más popular.
2) Pero ambos son paralelos, o sea que hablaban a Adriano sobre aspectos de la experiencia humana que eran similares en importancia para él.
3) El tenía proximidad y respetaba tanto a los astrónomos como a los astrólogos. La astrología ya era entendida como profesión en el siglo II en Roma y en Grecia.
4) La "ciencia" de la astrología, sin embargo, era analizada por Adriano con cierta cautela en su alcance. No aceptaba "certezas" ni "veracidad" en sus afirmaciones. “Ciencia” era algo diferente de lo que es para nosotros hoy en día.
5) A pesar de esas reservas, la esencia de la astrología era tenida como "verdadera".
¿Y cuál era esa esencia digna de todo crédito? Ella observaba semejanza entre las leyes que presiden el territorio de los hombres en la tierra y los cielos, ambos constitutivos del “universo”. Había una comprensión en que estaría implicado el todo: así es abajo como es arriba. Descubrimos señales de los principios de Hermes de Trimegistro en esta frase.
En verdad, Adriano era un hombre culto y versado en mucha lectura. Y tenía el hábito de tomar en cuenta las observaciones celestes de los movimientos planetarios de acuerdo con su mapa natal.
La astrología ya en aquella época era un conocimiento con marcada presencia en la vida de quien podía tener acceso a algún conocimiento.
PS: A pesar de ser de ficción el texto de Marguerite Yourcenar, ella se basó en una investigación histórica que le demandó más de veinte años de trabajo. De ahí, que podemos tomar en cuenta su texto como apoyo para observar la astrología en la vida y época de Adriano.